miércoles, 29 de abril de 2009

Alfajores de Maizena en medio del caos…



Perdón! En estos días tengo mucho trabajo y poco tiempo para escribir en el blog. Y para peor, (aunque es para mejor) están pintando parte de mi casa y tengo todo amontonado por todos lados. Hasta tuve que mudar de habitación a mi pobre compu y escribo sobre una mesa super-incómoda…
Sin embargo, nada justifica que abandone mi blog, y menos aún mi cocina!!!
Yo cocino casi todos los días excepto cuando quedaron restos del día anterior, y a todo le saco fotos (que dejan bastante que desear…) pero no siempre tengo el tiempo de armar mi post o de escribirlo…

Por eso les voy a contar hoy algo que hice el sábado: alfajores de maizena!!!
Alguien me va a objetar seguramente: “¿eso vas a poner en el blog???
Y yo: Sí! Eso!!! ¿porqué? Porque los adoro, porque nunca los había hecho, porque los “comprados” son cada vez más incomibles, y porque se me antojó!!! ¿y qué???

Saqué la receta de un blog amigo (cibercuoca)…En ese blog estaban cortados en forma de corazones (me pareció excelente idea) pero me pareció más facil hacerlos clásicos…Estaban muy ricos y tiernitos, aunque lamento que en gran parte se los haya comido el pintor!!!
…y además, como creo que son uno de los baluartes de la cocina nacional, vale la pena intentarlo!


Acá va la receta:

Ingredientes:
100 gramos de manteca
½ taza de azúcar1 yema de huevo1 huevo enterocáscara rallada de medio limón1 taza y 1/4 de maizena½ taza de harina leudante
Dulce de leche para rellenar y coco rallado cantidad necesaria

Preparación: batan la manteca con el azúcar hasta que esté cremosa.
Agreguen el huevo, la yema y la ralladura de limón y mezclen bien. Incorporen luego la maizena y la harina tamizadas formando una masa sin trabajarla mucho. Dejen descansar en la heladera 30 minutos como mínimo, estiren de ½ centímetro de espesor en una mesa espolvoreada con harina y fécula, corten medallones del tamaño que prefieran y colóquenlos en una asadera enmantecada. Cocinen en horno moderado durante 15 minutos o menos , según el tamaño. No tienen que dorarse pero tienen que tener piso.



Una vez fríos únanlos de a dos con dulce de leche, unten los bordes con el dulce y pásenlos por coco rallado.
Advertencia: es preferible que vayan sacando la masa de la heladera por partes, porque se ablanda muy rápido y es más difícil cortar los medallones. Vayan sacándola a medida que los vayan colocando en la asadera. Me salieron 25 alfajores de aprox. 4 cm. (se conservan varios días en un tapper bien cerrado)

jueves, 23 de abril de 2009

Cookies de chocolate


En una de esas tardes de otoño ideales para el té, hice estas galletitas de chocolate muy ricas, parecen duritas por fuera pero son muy tiernas en su interior (como algunas personas que conozco…)

Las saqué de un blog amigo y ya las hice varias veces. A todos les encantan. Son fáciles de hacer pero requieren un poco de tiempo, en especial para enfriar la masa (2 hs de heladera), y luego pasarlas por azúcar impalpable para lograr el efecto “craquelé”….

Si tienen hijos chiquitos, es ideal para hacerlas con ellos! Van a divertirse haciendo las “bolitas” y el resultado les va a encantar! (Buena diversión para un sábado o domingo por la tarde!)
Pero mejor no les adelanto nada más! Acá va la receta:

harina 175gr.
chocolate 150gr.
azúcar 150gr.
manteca 55gr.
huevos 2
polvo para hornear: media cucharadita
esencia de vainilla: 1 cucharadita
sal: media cucharadita
azúcar impalpable: 60g

Derritan el chocolate junto con la manteca a baño María. Batan los huevos con el azúcar durante un par de minutos y agréguenles el chocolate derretido, la vainilla, y por último la harina, la sal y el Royal. Cuando esté bien amalgamado, déjenlo descansar por lo menos 2 horas en la heladera.
Pasado ese tiempo, formen bolitas de 3-4 cm de diámetro y pásenlas por azúcar impalpable que habrán colocado en un bowl, haciéndolas rodar hasta que queden bien cubiertas.
Coloquen las bolitas en una fuente de horno cubierta con papel manteca. Aplástenlas con el fondo de un vaso como muestra la foto, hasta que queden de ½ cm de espesor.
Horneen a 180º de 10 a 15 minutos. Déjenlas enfriar antes de despegarlas del papel.
Se pueden guardar bastantes días en una lata o tapper bien cerrado. Son super-ricas!!!

miércoles, 22 de abril de 2009

Comida confortable


Yo también soy humana, y como todos, no siempre tengo ganas de cocinar…Para esos días, mi freezer cuenta con milanesas de carne o de pollo y hamburguesas caseras que preparo y guardo precisamente para esas ocasiones en que el tiempo no es suficiente para hacer cosas elaboradas. Son esas cosas que en inglés son llamadas “comfort food”: ricas, tradicionales y que se hacen casi “de taquito”.

Y en una de esas noches en que decidí comerme algunas de las milanesas archivadas en el freezer, se me presentó el problema de la guarnición…Como había comprado un HAKUSAI (ese repollo grande y alargado con hojas tiernitas color verde clarito) sin destino fijo, se me ocurrió cortarlo en juliana y saltearlo con aceite, un ajo, y cubitos de panceta ahumada también errante en mi heladera. Una vez salteado, lo espolvoreé con semillitas de sésamo y Voilá! Mi guarnición estaba lista para acompañar las milanesas que, dicho sea de paso, estaban medio duritas…Juro que no las voy a hacer más de peceto!

La guarnición, al final, resultó ser más “confortable” que las milanesas, lo cual desde mi punto de vista me reconfirma la idea, que la cocina cotidiana, puede ser rápida sin que por eso deje de ser rica. Basta sólo tener un poco de imaginación y algunos pocos elementos en la heladera. El hakusai estaba buenísimo! Siempre más original que una ensalada de tomate y lechuga o un puré, y por eso se los cuento…

lunes, 20 de abril de 2009

Los repollitos me llaman!



No suelo comer muchas verduras crudas, salvo tomates o rúcula, a pesar de que todas me gustan, pero cuando empieza el otoño y aparecen brócolis, coliflores, repollitos, empiezo a dar rienda suelta a mi imaginación o empiezo a buscar las recetas más apropiadas para aprovecharlos.

El otro día, mirando los estantes en una verdulería, tuve casi una alucinación auditiva!!!
Estaban ahí, en primera fila, lindos, verdes, chiquitos y hasta parecían orgullosos de su apariencia casi perfecta como un cofre de esmeraldas…Juro que sentí que me llamaban diciéndome:” Llevanos! Podés hacer con nosotros muchas cosas ricas. No vamos defraudarte!!!” Y entonces obedecí. Pagué los $4.- de la bandejita (400 gr.) y llegué a casa pensando que tenía que hacer algo interesante y novedoso con ellos, al menos para agradecerles por haberse encariñado conmigo!

Antes de cocinar los repollitos de cualquier forma, les recomiendo limpiarlos bien, rebanarles lo que les queda de tronquito, y a veces hasta es necesario sacarles las dos primeras hojitas, porque es a menudo el escondite preferido de algunos bichitos inoportunos.
Encontré una receta en un blog homónimo, pero la fui modificando a mi gusto. El resultado me encantó. Está bueno para una picada, una entrada, o hasta para un picnic, y porque no cómo finger food.
Y si no les gustan los repollitos, con la misma masa de base, pueden inventar muchas combinaciones!

Budín con repollitos y almendras

Ingredientes

4 huevos
5 cucharadas de aceite (yo uso el de oliva)
200 gr. de harina Blancaflor (o harina + Royal)
250 gr. de repollitos de Bruselas hervidos y cortados en mitades o cuartos según el tamaño)
un puñado de almendras molidas gruesitas (mejor a cuchillo)
100 gr. de jamón cocido en cubitos
50 gr. de queso rallado
una cucharadita de mostaza
sal & pimienta

La receta es muy simple. Batan los huevos con el aceite hasta amalgamarlos. Salpimienten a gusto y agreguen la mostaza (yo le puse esa que viene con las semillitas…).
Incorporen la harina, mezclen y agreguen el resto de los ingredientes hasta que todo esté bien unido. Coloquen en un molde de budín inglés enmantecado y enharinado y horneen a 180º unos 40 minutos. Yo lo comí frío, pero supongo que se puede también comer caliente…









jueves, 16 de abril de 2009

Nostalgias de Abruzzo


Hasta hace pocos días, el Abruzzo era para muchos una región casi desconocida de Italia. Lamentablemente se hizo famosa a causa del terremoto en la ciudad de L’Aquila, capital de esta región.
Mis padres eran de esa zona, y por lo tanto, los platos de la cocina abruzzesa formaron parte del menú cotidiano durante mi infancia y adolescencia.
Los postres y demás cosas dulces formaban parte del reino de mi abuela materna, aunque mi madre también de vez en cuando lo intentaba.
Entre esas cosas, la cicerchiata (se pronuncia chichiriquiata en nuestro dialecto) era una de mis favoritas. Se suele hacer para Navidad, pero con el calor del hemisferio sur, ésto es impensable, por lo tanto, esta vez decidí hacerla para Pascuas.
No sé cuantos intentarán hacerla, pero al menos quiero que conozcan esta receta tradicional.

La receta es muy sencilla. Se hace una masa con estas proporciones: por cada huevo se necesita una cucharada de aceite y una de azúcar. Para la rosca de la foto usé 5 huevos. Le agregué ralladura de naranja, aunque no forma parte de la receta tradicional, pero me pareció una combinación muy agradable. Se amasa, se hacen choricitos y se cortan trocitos tipo ñoquis chiquititos, que se van friendo en abundante aceite. Una vez fritos, se los colocan sobre papel de cocina para que absorba el aceite.

A esta altura del partido viene la segunda parte de la preparación: se calientan 250 gramos de miel con una cucharada de azúcar hasta que empiece a hervir, y una vez fuera del fuego, se mezcla con los “garbancitos” obtenidos después de la fritura. Se colocan en un plato grande, con un vaso en el medio, y se van acomodando las bolitas con las manos húmedas hasta darles forma de rosca alrededor del vaso, y ya está!
No es difícil, pero lleva su tiempito de trabajo. Tradicionalmente, una vez hecha la rosca, se espolvorea con confititos de colores, pero como yo no tenía, le espolvoreé nueces picadas y grana plateada. Termina siendo como un turrón crocante y para nada duro. Para mí, esas bolitas son casi adictivas!!! (Como puede observarse en la foto!!!)

martes, 14 de abril de 2009

Para Pascuas…hicimos ravioles!




La Pascua ya pasó. Hice varias cosas para el almuerzo familiar, pero no siempre tengo el tiempo suficiente para bajar las fotos y escribir el texto de mi entrada en el blog, así que se los voy a ir contando de a poco.

Esta vez hicimos ravioles!!! Nunca me gustaron los ravioles comprados, y cada vez me gustan menos con esa masa gruesa y rellenos la mayoría de las veces indescifrables…Fueron hechos a cuatro manos, como los chorizos, porque siempre es mejor y más divertido poder compartir este tipo de experiencias “extraordinarias”.

Amasar no es difícil. Basta sólo contar con ganas y con los elementos apropiados. Es imposible en el espacio reducido de mi cocina amasar con el tradicional “palo”, pero la “Pastalinda” se revela muy útil en estas circunstancias. También los moldes de ravioles (los tengo de distintos formatos), nos permitió que salieran todos lindos y parejitos como de fábrica de pastas. Les paso la receta y les aseguro que el resultado bien vale la pena!

Ravioles de ricotta y espinacas

Ingredientes para 6 personas:

Masa:3 huevos-400 gr. de harina 000-agua c/n-sal

Relleno:300 gr. de ricotta-100 gr. de espinacas hervidas
-1 huevo-5 cucharadas de queso rallado-nuez moscada-sal


Preparación del relleno:

1-Hiervan las espinacas, cuelen y escurran bien. Píquenlas y saltéenlas con una cucharadita de manteca para “secarlas”.
2-Dejen entibiar la verdura y agreguen la ricotta, el queso rallado, y la sal y nuez moscada a gusto. Yo les agregué también un puñadito de albahaca picada. Mezclen hasta que todo quede bien unido.
3- Agreguen el huevo. Vuelvan a mezclar bien y déjenlo descansar en la heladera.

Preparación de la masa:

4-Pongan la harina en un bowl grande (tradicionalmente, debería hacerse sobre la mesada, pero a mí no me sale!). Hagan un hueco en el centro y agreguen los huevos y la sal.
5-Vayan batiendo los huevos con un tenedor y vayan incorporándoles la harina de a poco con la punta de los dedos. Si ven que no puede unirse bien, agreguen agua hasta que adquiera una consistencia elástica, y amasen unos 15 minutos hasta que quede bien homogénea. Dejen descansar media hora en el bowl cubierto con un repasador.


No voy a contarles como pasar la masa por la máquina, porque quien la tiene, ya sabe como usarla. La cuestión es que tiene que quedar bien fina (en mi máquina, yo la estiro hasta el número 5).

Hay que estirarla hasta darle el tamaño del molde que cada uno tenga. Como yo no estoy muy canchera con eso, la fuimos acomodando de la mejor manera posible…


Las recetas no lo dicen, pero por las dudas, antes de colocar el relleno en cada huequito del molde, es mejor pincelar la masa con poca agua para lograr que los bordes se peguen al cerrarlos y así evitar posibles catástrofes. A medida que estén listos, vayan colocándolos en una fuente enharinada o mejor aún, con sémola o semolín, para que no se peguen
Una vez hechos, se pueden freezar, o, si los usan enseguida, basta sacarlos del agua hirviendo, un par de minutos después que suban a la superficie.
Se pueden comer con manteca y pimienta negra molida o con cualquier salsa a elección.

De las aves que vuelan…me gusta el ala!

Como verán, sigo en onda salada para evitar ser demasiado “empalagosa” con mis tortas…

Debo confesar que la parte que más me gusta del pollo, son las alas. Me dirán seguramente que no son sanas, que tienen mucha piel y mucha grasa, pero sigo convencida que todo lo que se come en justa medida, no puede hacer mal. Tampoco las como todos los días! Y tampoco como toneladas de alas! No sea cosa que vaya a seguir volando!!!

Siempre las hago al horno. Las unto con diferentes cosas: mostaza, miel y soja, o simplemente aceite de oliva, ajo y especias varias según la ocasión.
Pero esta vez, no tenía ganas de que se ensuciara el horno con salpicaduras grasientas, y decidí hacerlas en sartén. Y que les pongo? Fue mi primer interrogante…Piqué ajo, jengibre (que siempre tengo en mi heladera) y un ají de la mala palabra bien picantito y los salteé a fuego bajo en aceite de oliva junto con las 6 alitas que trae la bandeja del super (además, muy baratas!). A este punto, apareció el segundo interrogante: y con que medio líquido las cocino, para no llenarlas de aceite? Caldo no. No quería alas hervidas como en un medio puchero desagradable…Vino no había en casa, pero nunca faltan latitas de cerveza! Y ahí nomás, cuando ya estaban doraditas, les fui echando cerveza a medida que se iban quedando sin líquido y las cociné despacito durante casi una hora. El resultado fue muy bueno, y es muy divertido comerlas con las manos chupando huesitos!!!

El tercer interrogante apareció mientras se cocinaban las alitas: Y con qué las acompaño? Verduras no tenía, pero encontré una bolsita de quinoa, comprada hace un tiempo para experimentar. ¿Qué es la quinoa? Es un cereal que tiene más proteínas que la carne, y nada de colesterol (excelente para equilibrar el exceso de colesterol de las alitas!). Se puede comer en ensaladas, sopas, tortillas, igual que el arroz.

Y cómo la cocino???
Como siempre, me salvó Internet. Aprendí que hay que lavar la quinoa varias veces y después echarla en agua hirviendo y cocinar entre 12 y 15 minutos (por cada taza de quinoa, hacen falta tres tazas de agua).
La pasé por agua fría, la colé y decidí hacer una ensalada. Pero con qué???

Le agregué ciboulette picada, almendras también picadas y pasas de uva. Condimenté con sal, aceite y jugo de limón, y…lista mi ensaladita proteica!
La quinoa es muy rica. Su sabor no es demasiado definido, pero la textura “crunchy/crocante” me encanta!
Pruébenla y después me cuentan!

lunes, 13 de abril de 2009

Mi primera pizza



Muchos me reclaman recetas saladas y tienen razón…Como ya habrán podido observar soy muuuy golosa, por lo tanto siempre aparecen tortas, muffins y todo tipo de cosas dulces de mi galera…

Esta vez quiero compartir con ustedes mi primera experiencia “pizzera”.
Me gusta la pizza pero no muero por ella. Menos aún me sentí seducida por la idea de hacerla! Pero cómo para todo hay siempre una primera vez, a pesar de haberme resistido siempre a hacerla diciendo : “yo no sé, no puedo hacer pizza!”, esta vez me decidí. Fue también una buena excusa para acompañar una cerveza en este tórrido verano que no se decide a irse...

Encontré una receta fácil en un blog amigo y puse manos a la obra.
Está buena porque se hace la noche anterior y se deja 24 hs. en la heladera.
En realidad, la receta original sugiere hacerle unos dobleces a la masa cuando se la saca al día siguiente de la heladera. Confieso que no los hice e igual salió buenísima! Hay que amasar poco y eso es bueno para quien no se anima a descargar energías contra la pobre masa. No sé olviden de contarme si se animan a hacerla!
Pizza sin amasar (o casi…)

Ingredientes:
400 gr de harina 000
300 c.c. de agua
2 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharada de copos de papa (o sea, puré instantáneo)
1 cucharadita de sal
1 cucharadita al ras de miel o de azúcar
10 gr. de levadura
tomates frescos cortados en trocitos
aceite de oliva c/n
sal
orégano
mozzarella o queso fresco y condimentos a gusto

Preparación:
Disuelvan la levadura con el azúcar o la miel en agua tibia y déjenla 10 minutos hasta que se disuelva.
Coloquen la harina, los copos de papa, y la sal en un bowl grande. Agreguen toda el agua con levadura y miel, y el aceite. Mezclen rápidamente hasta unir todos los ingredientes.
Cubran con papel film o una bolsita de plástico y dejen descansar 24 horas en la heladera. (lo pueden hacer después de cenar, y dejarlo para la cena del día siguiente)
Al día siguiente, saquen la masa dos horas antes de preparar la pizza y déjenla a temperatura ambiente.
Vuélquenla sobre la mesada enharinada. Amasen todo rápidamente y dejen la masa cubierta con un paño húmedo durante 20 minutos.
Estiren y coloquen en la pizzera aceitada. (Esta cantidad sirve para 2 pizzas. Yo hice una grande y una mediana).
Les pueden poner lo que quieran. Yo les puse 2 tomates frescos cortados en trocitos y condimentados con albahaca y ajo picados, aceite, sal y mozzarella.
Horneen a horno máximo hasta que se la vea irresistible!

viernes, 10 de abril de 2009

Torta de coco y nuez moscada

No se me ocurre muy bien qué hacer para Pascuas…Haré algún experimento los próximos días y después les cuento.
Mientras tanto, para algún té otoñal con amigos en este próximo fin de semana largo, les cuento una torta húmeda super fácil y rica que hice hace un par de días.

Acá van los ingredientes:

1 taza y media de harina leudante
1 cucharadita de nuez moscada molida
125 gr. de manteca
1 taza de azúcar
4 huevos ligeramente batidos
1 taza de leche
2 cucharaditas de ralladura fina de limón
¼ de taza de jugo de limón
1 taza de coco rallado


Mezclen la harina con la nuez moscada, la manteca y el azúcar. Añadan los huevos mezclados con la leche, la ralladura y el jugo de limón y unan las dos preparaciones hasta que quede bien mezclado. Viertan en un molde de 22 cm. de diámetro, enmantecado y enharinado. Hornear a 180ºC durante aproximadamente una hora.
Desmolden cuando esté fría y espolvoreen con azúcar impalpable.

martes, 7 de abril de 2009

HORAS DE TRISTEZA Y REFLEXIÓN…

Aún sabiendo que éste es un blog de cocina, no puedo dejar de mencionar este episodio tan grave que enluta a Italia en estos días, y en particular a la región de los Abruzzos.
En esta región nacieron mis padres, y mi sangre es puramente abruzzesa. Mis tíos, mis primos y tantos amigos viven a sólo un centenar de kilómetros de la tierra devastada.
El balance de este terremoto es aterrador: 228 víctimas, más de 1.000 heridos y 17.000 personas sin casa que lo perdieron todo, pueblos enteros totalmente destruídos…

Fue mucho lo que se perdió durante los sorpresivos minutos de terror que vivió la población abruzzesa: familiares, amigos, hogares, casas, pertenencias, recuerdos, y sobretodo la paz. Esa paz que reina en los maravillosos paisajes de la región, se vio sacudida por un imprevisible capricho de la naturaleza.

Como siempre en estos casos, aparecen distintas polémicas tanto en campo científico como político, que el tiempo ayudará a profundizar e intentar resolver, pero independientemente de ésto, creo que este tipo de episodios nos debería obligar a reflexionar acerca de la realidad de nuestras vidas…todo lo mucho o poco que hoy tenemos, afectiva o materialmente hablando, puede desaparecer en segundos sin previo aviso. No dejemos nunca de valorarlo!

Vaya en estas pocas líneas todo mi afecto y solidaridad con el pueblo abruzzés con el deseo de que puedan recuperar al menos la serenidad y puedan afrontar este desastre con la fuerza y tenacidad características de los habitantes de esta región.

sábado, 4 de abril de 2009

2 de Abril: Hicimos chorizos!!!


Parece muy loco, pero es verdad !!!
Hacía tiempo que tenía ganas de hacerlos. Cada vez que preguntaba en diferentes carnicerías si tenían chorizos picantes, la respuesta era NO. El motivo - dicen los carniceros- es que la gente no los compra, porque NADIE los quiere picantes…
Será tan así? Nunca pude confirmar si los carniceros no los venden porque la gente no los compra, o si la gente no los compra porque los carniceros no los venden…
¿Cómo es posible que en un país de tradición parrillera como el nuestro, no tengamos la posibilidad de elegir entre distintas variedades de chorizos para nuestra parrillada nacional?

En Italia y en Australia, los he visto con ajo, sin ajo, con picante, sin picante y con Dios sabe cuantos otros condimentos más para elegir. Un querido amigo que vivió en USA, me contó hoy que en California hay un restaurante donde uno puede hacer sus propios chorizos con los condimentos que elija !! Y nosotros ??? Nos quedamos en el puro cerdo, 50% cerdo y 50% vaca, 75% de uno y 25% de otro, y nada más. ¿O me equivoco? Si alguien conoce más variedades más allá de los porcentajes carnívoros, por favor, háganmelo saber! Es verdad que no conozco cómo es esta realidad más allá de la Capital Federal. Tal vez en el interior sean más creativos, cómo lo son con las empanadas… ¿?

Mientras tanto, y gracias a una querida amiga que comparte estas inquietudes, decidimos poner manos a la obra y ¿qué mejor ocasión que un feriado gris y otoñal en la mitad de la semana para cumplir nuestro sueño?

La divertidísima excitación comenzó con los preparativos: la vieja picadora de carne (manual, porque la procesadora la hace picadillo) regalada a regañadientes por una de mis queridas tías, fue el puntapié inicial. Mi amiga se las ingenió para conseguir en un bazar gastronómico el suplemento boquilla para choricear, y por suerte encajaba perfectamente en la reliquia familiar obsequiada. Seguíamos avanzando! La receta en Internet (Utilísima, industria casera), la tripa en el Mercado del Progreso (3 metros), la carne de cerdo en Coto (para abaratar costos por si el experimento no lograba los resultados esperados), las especias de casa y adelante!!!



El primer obstáculo apareció casi de inmediato. La picadora no picaba! Evidemente, los años
fueron haciendo mella en la vieja cuchilla, y el resultado comenzó a evidenciarse en forma de desalentador picadillo simil procesadora. ALTO!!! No queríamos eso! Y a ese punto, como por suerte habíamos probado sólo con un poquito de carne, yo habría hecho un guiso con el cerdo restante y olvidado para siempre los chorizos. La decisión de mi amiga Beatriz de no rendirnos y su ofrecimiento de picar la carne a cuchillo, fue definitivamente conmovedora. Y así, seguimos adelante con la tarea!

Colocar la boquilla a la reliquia, lavar la tripa, y comenzar a rellenarla, atar los chorizos después de varios inconvenientes con el hilo que se enredaba fueron los pasos sucesivos entre sorpresa, carcajadas, fotos y filmaciones de una tarde superdivertida que culminó ante la azorada visión de los 22 chorizos obtenidos colgados de un par de ganchos tipo carnicero en mi cocina. Estábamos felizmente satisfechas! Lo habíamos logrado!

La noche terminó frente a la parrilla, manejada por la mano experta de Beatriz, compartiendo entre amigos el satisfactorio resultado de nuestra experiencia regado por un buen tinto, y acompañados por un tiernísimo pechito de cerdo. ¿Qué más?


¿Los tenté? No les doy la receta, porque hay que perfeccionarla un poco (tenían poca grasa, la carne era muy magra y por lo tanto ligeramente sequitos. Sabor: excelente. Compañía: inmejorable. Pero…aunque les de la receta ¿Alguien sería capaz de ponerse a hacerlos ???




viernes, 3 de abril de 2009

El otoño me sabe a sopa…(con perdón de Mafalda!!!)


El otoño se está acercando. Empiezan los primeros fríos, y con ellos las ganas de algo calentito y reconfortante sin llegar a guisote, aunque ganas no me falten !
Decir sopa es recordar casi instantáneamente los “PUAJ!” de Mafalda y las odiadas sopas de cabellos de ángel de mi infancia. Podían, sólo en contadas ocasiones, llegar a ser algo divertidas las sopas de letras mientras trataba de formar mis primeras palabras, pero sólo esas…
Por suerte, como en toda familia tana que se precie, el primer plato solía ser de pastas en innumerables versiones, apetitosas aunque no siempre “al dente” como con los años aprendí que debían ser.

Pero los tiempos cambian, y con los años, las sopas comenzaron a marcar el principio del otoño meteorológico y del mío cronológico…
Fui aprendiendo también, que no deben ser necesariamente aburridas y que más de una vez, lograban reconfortar el alma…

La otra noche, ante los primeros escalofríos, busqué esas remolachas que había comprado con destino de ensalada, y busqué una receta que me recordaba el “borsch” ucraniano (típica sopa de remolachas) pero con un “touch” diferente que la convierte en más sabrosa. Pruébenla ! Es muy sencilla, rica, y barata !!!

Sopa especiada de remolacha y manzana

4 remolachas hervidas
1 manzana
1 cebolla morada
1 cucharadita de cuatro especias (es una mezcla que se compra hecha)
Caldo de verduras, cantidad necesaria
1 cucharada de aceite de oliva

Procedimiento: Cortar los ingredientes en trocitos, y saltearlos en el aceite durante un par de minutos. Incorporar las especias y el caldo de verduras hasta cubrir los ingredientes, llevar a ebullición y cocinar a fuego moderado durante 15 minutos. Licuar todo, salpimentar a gusto y ya está!
A mí me gustan las sopas crema un poco densas, pero si la quieren más líquida se puede colar, y si les gusta sentir los pedacitos de verdura, pueden dejar una parte sin licuar y agregarlo luego al licuado. Caliente es muy rica, pero si quieren esperar al verano, también se puede servir fría, agregando un poco de agua si les resultara muy densa.