martes, 30 de junio de 2009

Arroz con leche…sin casamiento




Me gusta el arroz con leche. Nunca entendí porque está metido en la tradicional canción infantil ni porqué la señorita aspirante al casamiento debía ser de San Nicolás…Sólo por la rima? En mi memoria sigue registrado el que hacía mi mamá y me encantaba. Nunca supe donde habría aprendido a hacerlo, ella que era tan italiana, porque la historia de este postre, indica que es de antigua tradición española, probablemente heredado de los conquistadores árabes…
Por algún extraño motivo que no logro entender, este postre que los argentinos adoptamos como nacional, tiene fanáticos que lo aman, o detractores que lo odian. Yo pertenezco a los primeros. Tanto es así (y ahora les revelaré un vergonzoso secreto celosamente guardado durante años), que cuando era joven y vivía en Italia, tenía antojos furiosos de esta delicia pero como no existía Internet y las llamadas internacionales eran muy costosas como para preguntárselo a mi mamá, no tenía idea de cómo hacerlo!
Un día, por esas casualidades de la vida, conocí en Bologna a una chica argentina quien me prestó un libro que se había llevado con ella, donde estaba la tan ansiada receta!!! Y así fue como alguna vez lo habré empezado a hacer. A la chica no la ví más, ni siquiera recuerdo su nombre ni de donde era. Sólo sé que ese libro nunca se lo devolví, y me sirvió mucho durante mi estadía en el exterior para iniciar mis primeras experiencias culinarias.

Aún hoy, con las páginas despegadas y manoseadas, ese libro ajeno y convertido en mío, que tal vez muchos conozcan, llamado “Cocina fácil para la mujer moderna” de Choly Berreteaga, publicado en 1976, sigue siendo mi material de consulta a la hora de hacer arroz con leche. La receta es impecable, aunque yo le modifiqué algunos pasos. Sale cremoso y muy rico. Con los años lo fui enriqueciendo con distintos ingredientes: chocolate, coco, nueces, pasas, etc…

Hoy quiero compartir con ustedes mi última versión, aunque también pueden obviarse los ingredientes extra, y quedarse con la receta básica. Eso sí: Abstenerse si no les gusta la canela. En mi opinión, es el “alma” del arroz con leche, aunque en realidad la de Choly lleva esencia de vainilla…

1 litro de leche entera
100 gr. de arroz doble carolina
150 gr. de azúcar
1 pizca de sal gruesa
1 trocito da cáscara de limón (yo le pongo 2 ó 3 tiras)
2 bastoncitos de canela (o esencia de vainilla)
50 gr de nueces
50 gr de damascos secos
canela en polvo c/n

Mezclar todos los ingredientes y dejar reposar ½ hora. Acá, Choly dice que el azúcar se debe agregar al final, cuando el arroz esté cocido. Yo en cambio lo pongo todo junto.
Cocinar a fuego suave revolviendo de vez en cuando con cuchara de madera. Al final, cuando vean que la leche está prácticamente consumida, revuelvan con atención para evitar que se pegue en el fondo. No sé cuánto tiempo lleva (bastante), pero se van a dar cuenta cuando esté cremoso y el arroz bien cocido. No tiene que quedar líquido porque es horrible!!!
Una vez que apagaron el fuego, agreguen las nueces y los damascos en trocitos. Pongan en compoteras individuales y espolvoreen con canela en polvo. Sirvan a temperatura ambiente si es invierno o bien frío en verano.

Coliflor sin receta




Es época de repollos varios, entre los cuales bróccoli, repollitos de Bruselas y hakusai sobre los cuales ya publiqué alguna receta. Pero no me olvido del coliflor (o LA coliflor?). Muchos lo ningunean porque su olor es muy desagradabe a la hora de cocinarlo, y me parece muy injusto aunque bastante comprensible!
Esta vez, tengo la perfecta solución para este problema y sin receta!!! Lo aprendí del chef Keith Show, un chef americano del cual recibo periódicamente sus newsletters con recetas muy sencillas y naturales. Si entienden inglés, pueden hacer click aquí para ver sus videos.

Parece mágico pero no lo es:
Separen las florcitas de el/la coliflor dejándolas de tamaño no demasiado chico. Lávenlas y colóquenlas apretaditas unas junto a otras en una fuente para horno. Rocén con aceite de oliva, condimenten con sal y pimienta negra o lo que quieran, y cocinen en horno moderado hasta que se los vea doraditos como los de la foto. Yo les puse pimienta de Jamaica, y quedaron muy sabrosos. Y ya está! Nada más simple! Sin hervir, sin olor, con todas sus vitaminas y un sabor riquísimo!

viernes, 26 de junio de 2009

Hakusotto?



No vayan a creer que hablo japonés, aunque ganas no me faltan! Es sólo que acabo de inventar una palabra para este plato que cociné anoche. Suena fea pero es la única que se me ocurrió…Se trata sencillamente de un risotto con hakusai, un especie de repollo chino del cual creo haberles ya hablado en otra oportunidad. Me gusta porque no tiene el sabor fuerte a repollo y es una verdurita original y simpática. Y la verdad es que el risotto quedó buenísimo, ideal para una noche invernal, sobretodo por el “picor” del peperoncino!



Ahí va la receta (para 2)

1 hakusai
100 gr. de panceta ahumada
3 pocillos de arroz
1 ajo
1 cebolla (yo usé echadote porque no tenía…)
caldo de verduras c/n (puede ser con cubito)
1 chorrito de vino blanco
aceite de oliva
manteca
queso rallado

Piquen ajo, cebolla y peperoncino (ají picante) y salteen en aceite y un poco de manteca. Agreguen la panceta en cubitos y hagan dorar poquito. Echen el arroz y revuelvan a fuego medio hasta que esté transparente. Incorporen un chorrito de vino, dejen evaporar unos segundos y agreguen un cucharón de caldo caliente y el hakusai cortado en tiritas y revuelvan continuamente. A medida que el arroz vaya absorbiendo el líquido, vayan agregando más, pero de a poco (no tiene que quedar una sopa, sino un risotto!).
En total les va a llevar 20 minutos para que el arroz esté a punto. Después de ese tiempo, apaguen el fuego, echen una nuez de manteca y un puñado de queso rallado. Revuelvan y ya está!
Este procedimiento es igual para cualquier risotto. En lugar de la panceta y el hakusai, lo pueden hacer con cualquier otro ingrediente: jamón y arvejas, o queso fresco (agregado al final), hongos, espinacas, o lo que se les ocurra! En sólo media hora!

martes, 23 de junio de 2009

El pan nuestro



No crean que me olvidé de ustedes! Es sólo que anduve bastante atareada con trabajos en casa y un par de días sin compu….Igual anduve cocinando como siempre, pero algunas veces hice recetas que ya había publicado, otras veces mis experimentos no dieron los resultados esperados, y otras cociné cosas para mi familia, pero me olvidé de sacar fotos! Ya las volveré a hacer y después les cuento!
Entre las cosas que estoy experimentando últimamente, muchas tienen que ver con algo que siempre fue una especie de fantasma para mí: la LEVADURA. Y digo fantasma por el miedo y el respeto que siempre le tuve por la incógnita que siempre implica: ¿Levará? ¿Y cuánto? Ya incursioné con mi primera pizza (que ya les conté) y por suerte no fue tan grave. Es más, salió muy bien! Pero ya intenté dos veces hacer unas facturas, que salieron muy ricas pero gigantes!!! Crecieron demasiado y salieron del horno impresentablemente apretaditas y encimadas unas a otras, razón por la cual no las publiqué. Hasta ni me animé a sacarles fotos!!!
Hace unos días hice unos pancitos, que salieron bien aunque pegados al papel manteca con el que había forrado la asadera (que en teoría se llama así porque debería ya venir engrasado, aunque comprobé que es mentira!). El sabor era bueno pero salieron paliduchos porque la receta indicaba que había que pintarlos con leche y no con huevo…
En fin…la levadura no es mi fuerte! Pero hoy, EUREKA!!!, probé una vieja receta de Blanca Cotta que encontré entre los varios recortes antiguos que colecciono y funcionó!!!
Por eso quiero compartirlos con ustedes. Por supuesto, hay que tener el tiempo y la paciencia para esperar que leven. Por eso aproveché que afuera hace frío y tenía cosas para hacer en casa sin necesidad de salir, y el resultado valió realmente la pena!
No tienen un nombre particular, así que los voy a llamar Pancitos y nada más! Ahí va la receta:

1 papa mediana (Sí! Una papa!)
25 gr. de levadura
50 gr. de manteca
1 cucharada de azúcar
½ cucharadita de sal
2 huevos (uno para pintarlos)
1 pote de yogur natural
3 tazas de harina
semillas de Kümel c/n (pueden ser de sésamo, amapola, o lo que quieran. Como la receta decía kümel y yo las tenía, aproveché para usarlas porque ya no sabía que hacer con ellas!)

Hiervan la papa y conviértanla en puré. Agréguenle la manteca, amalgamen bien y dejen entibiar. Entonces mézclenle la levadura desmigajada, el azúcar, la sal, un huevo, y el yogur y mezclen bien.
Por último, agreguen la harina hasta formar una masa tierna y lisa (si es necesario, agreguen un poco más de harina), y amasen como con bronca (aprovechen para descargarse!). Dejen levar un par de horas en un lugar cálido y en un recipiente cubierto con un repasador) y vuelvan a amasar.
Armen bollitos del tamaño de una pelotita de ping pong y coloquen en una asadera enmantecada bien separados unos de otros como en la foto, porque crecen!



Píntelos con el otro huevo batido y espolvoreen con las semillas elegidas.



Dejen levar hasta que los vean hinchaditos (aprox. 20 minutos) y cocinen en horno bien caliente hasta que estén doraditos (aprox. 20 minutos). Salieron 12 pancitos bastante grandes, casi como para hamburguesas, con una miga esponjosa y livianísima!

martes, 16 de junio de 2009

Pan de hierbas y aceitunas



En uno de los últimos comentarios, alguien me pidió una ayudita para armar un menú de cumpleaños para 12 personas. En estos casos, como entrada, yo suelo usar los panes o budines salados, con pastitas varias como el hummus que ya les conté, y alguna otra cosita, para que los comensales se vayan distendiendo y picoteando a gusto, antes del plato principal.
En una entrada anterior, ya les di la receta del pan de maíz, y ahora les doy ésta que también es muy útil para estas ocasiones o para picar con fiambres y quesos varios. Estas cantidades son para un budín chico. Para un molde grande como el de la foto, deberán duplicar las cantidades.

150 gr. de harina leudante
2 huevos
4 cucharadas de crema de leche
4 cucharadas de aceite de oliva
100 gr. de aceitunas verdes
100 gr. de aceitunas negras
½ cucharadita de tomillo
½ cucharadita de romero picado
½ cucharadita de sal
½ cucharadita de pimienta

Mezclen los huevos con la sal y la pimienta. Bátanlos a mano hasta que la mezcla quede espumosa. Agreguen las hierbas, la crema y el aceite. Vayan agrgando la harina mientras la tamizan (con un colador) e incorporen bien. Agreguen las aceitunas picadas groseramente y mezclen con una cuchara de madera. Coloquen en un molde de budín inglés chico, enmantecado y enharinado y horneen a 170º hasta que esté dorado y cocido (aprox. 20 minutos).

viernes, 12 de junio de 2009

Torta de chocolate y coco


Como hoy tengo un poco más de tiempo, aprovecho para contarles también la receta de esta torta que es casi una golosina. Es muy esponjosa y húmeda, ideal para el te o el café o en todo momento de gula!

100 gr. de manteca
150 gr. de chocolate
1 taza de azúcar
¼ de taza de agua
4 huevos
1 taza de harina leudante
50 gr. de coco rallado

Derritan sobre el fuego el chocolate en el agua y déjenlo entibiarse mientras baten la manteca blanda con el azúcar.Una vez batida, agreguen de a una las cuatro yemas incorporando bien cada una a medida que las van agregando. Unan a esta preparación el chocolate derretido, la harina y el coco. Batan las claras a nieve y vayan incorporando con movimientos envolventes para que no se baje el batido.
Coloquen en un molde (yo usé uno en forma de anillo de 24 cm de diámetro) enmantecado y enharinado y horneen a 180º hasta que esté cocida (aprox. 40 minutos).

Penne e broccoli


En alguno de los comentarios me pidieron recetas de salsas de tomates distintas para pastas. Cómo me parece que la salsa común de tomates es algo que casi todos saben hacer, hacerlas distintas es sólo cuestión de imaginación, y cómo no suelo hacerlas seguido no tengo fotos para mostrarles en el blog. Prometo que la próxima vez que haga una (aunque no son mis preferidas) la voy a publicar. Pero sí como pastas aunque con otras salsas, entonces hoy quiero proponerles una receta bien rica y sencilla, y especial además para esta época en que los bróccolis están tan lindos!
Esta receta es a ojo para cuatro personas:

400 gr.de penne o cualquier otra pasta corta
1 broccoli mediano
7 anchoas
1 diente de ajo
1 ají picante (optativo)
aceite de oliva c/n

Hiervan el broccoli dividido en florcitas chiquitas en abundante agua salada. Sáquenlos con una espumadera y no tiren el agua, porque ahí mismo van a hervir la pasta. Mientras se cocina la
pasta, doren un ajo partido y el ají picante en aceite de oliva (aprox. de 6 a 8 cucharadas). Cuando el ajo esté dorado, sáquenlo y agreguen las anchoas. Desháganlas con una cuchara de madera y en esta salsita, agreguen los broccolis y salteen. Cuando la pasta esté cocida, échenla en la sartén y salteen todo junto. Si no tienen una sartén con suficiente capacidad, echen la salsa directamente sobre la pasta en la fuente donde la van a servir. Y ya está! Recuerden que para las pastas no existe sólo la salsa de tomate!!!

viernes, 5 de junio de 2009

Tips invernales

Hoy no hay receta receta. Les quiero dar unos tips de esos que siempre vienen bien y es útil saber.
El invierno, para mí y creo también para muchos, es tiempo de sopas, aunque más no sea para tomarse algo calentito que reconforte el alma…
Cómo ya sabemos, lo más fácil es recurrir al omnipresente cubito Knorr por una cuestión de tiempo y a veces hasta de sabor. No voy a decir que nunca los uso porque sería mentirles. A veces me sacan de apuro, en particular cuando quiero hacer un risotto, pero para tratar de evitarlos, recurro a ciertas estrategias que hoy quiero compartir con ustedes.
Suelo hacer sopas cremas de diferentes verduras: calabaza sencillamente hervida, cebollita rehogada y curry, arvejas secas partidas con cebollita rehogada o ajo y menta, zanahorias, naranja y jengibre, de remolachas que ya publiqué, de zucchini, nabo y peras, etc. Todo bien licuado.
También, cuando hago puchero de rabo (que me encanta!) queda el caldo, o cuando quiero hacer risotto como la gente, hago el caldo de verduras con todo como corresponde. Pero en todos los casos, trato de hacer bastante cantidad, como para que sobre y poder congelarlo. Pero lo hago en “monoporciones”. Cómo? En vasitos descartables lo suficientemente grandes como para contener una sola porción. Y porqué descartables? se preguntarán…porque basta cortarlos y poner la porción congelada en una cacerolita y calentar o en microondas, y lista la sopa! Hasta es más rápido que las Qwick!!! (Y más ricas!) Las combinaciones las pueden inventar ustedes (o copiarlas de mis sugerencias…) y si no, una simple bandejita de verduras cortaditas, hervidas y licuadas agregándoles los condimentos o hierbas que quieran (yo les pongo un trocito de canela) y ya está! Como pueden ver en la foto, tengo varios vasitos en mi freezer, como para una semana de frío!!!

Pero hay otra estrategia que hoy quiero contarles: tengo en mi heladera un frasco grande, que también suelo usar para agregar a las salsas o sopas y así darles más sabor. Proceso un par de cebollas, un par de zanahorias, un par de ramitas de apio con sus hojas, mucha albahaca y perejil con bastante aceite de oliva (puede ser con otro aceite también pero no es tan rico). Primero proceso cebollas, apio y zanahorias, y ahí mismo agrego todas las hojas (apio, perejil y albahaca) hasta que quede como una crema. Lo pongo en el frasco, y lo cubro con una capita de aceite de oliva. Dura tres o cuatro meses en la heladera, pero siempre tiene que estar cubierto de aceite.
De esta manera, no tengo que cortar y rehogar verduras cada vez que quiero hacer una salsa o una sopa. Es muy práctico!!!



Y el último tip de hoy no tiene que ver ni con sopas ni con el invierno, pero igualmente útil: cuando me sobran claras porque la receta no las requiere, también las congelo! Pongo una clara en cada cubito de la cubetera y después las meto en una bolsita (se ven en la foto del freezer al costado de los vasitos de sopa, antes de embolsarlas). Cada vez que necesito sólo claras para alguna preparación, las saco un rato antes y las utilizo como si fueran frescas. Hasta se pueden batir tranquilamente a nieve sin problemas, y cuando se me juntan muchas, hago una isla flotante!
Creo que por hoy es suficiente. Ya van a ver que con estos “tips” les va a cambiar la vida en la cocina!!!
Cuéntenme los resultados. Espero sus comentarios! Recuerden que un blog se alimenta de ellos!!!

miércoles, 3 de junio de 2009

Torta fácil de mandarinas

Ustedes pensarán que ya no cocino, pero en realidad estoy cocinando bastante, sólo que no siempre tengo el tiempo de escribirlo, y además…confieso que a veces me lo como y me olvido de sacarle fotos a lo que cociné!
Es inútil repetirlo porque ustedes ya lo saben, mi debilidad son los dulces, para el té, el desayuno o para cualquier hora. Y en estos días, como es época de ricas mandarinas, para amenizar un partido de rummy con un cafecito y algo rico, decidí aprovecharlas!
Es tal vez una de las tortas más fáciles que hago desde hace ya muchos años, con una receta de Blanca Cotta, que no falla jamás!

Ingredientes:
2 mandarinas grandes
¾ de pocillo de aceite
1 huevo
1 taza de azúcar
1 taza y media de harina leudante
100 gr. de nueces picadas groseramente

Procedimiento:
Expriman una mandarina. Laven bien la otra y licuénla o procesen (sin semillas, pero con cáscara) junto con el azúcar, el huevo, el aceite y el jugo de la mandarina que exprimieron antes.
Pongan la harina y las nueces en un bowl y vayan echando de a poco el licuado obtenido, mientras van revolviendo hasta integrar todos los ingredientes.
Vuelquen en un molde mediano de budín inglés (o de la forma que más les guste) enmantecado y enharinado y cocinen a 180º unos 30 minutos aproximadamente, o hasta que clavándole un palillo, éste salga seco.
En este caso, le puse nueces. Otras veces le pongo pepitos de chocolate o nada, según lo que haya en casa. Es riquísima de todas las maneras!!!