viernes, 28 de agosto de 2009

Flan al caramelo




Yo creo que como postre, no hay nada más aburrido que un flan. Lo mires por donde lo mires, (y no estoy obviamente hablando de Ravana o Exquisita, que son aún peores!), le pongas crema o dulce de leche, siempre aburrido es!
Sin embargo, en momentos de querer hacer un postre sin poder ir a hacer las compras, el flan te saca de apuros. Leche, azúcar y huevos suelen ser ingredientes que siempre hay en casa. Y eso hice la otra noche, cuando me enteré que venía mi familia a almorzar al día siguiente.
Pero como no quería hacer el flan casero común, busqué en mi antiguo libro de repostería de Chola Ferrer (alguien se acuerda de ella?), y encontré esta receta que hoy les propongo, que es, al menos, ligeramente distinta a la habitual.

Ingredientes:

¾ litro de leche
200 gr. de azúcar + la necesaria para acaramelar la flanera
8 huevos

Yo uso siempre una flanera Nº 22 y lo primero que hago es ponerle 4 cucharadas de azúcar y unas gotas de jugo de limón (para que no se queme el caramelo). La pongo directamente a fuego mínimo hasta que se empiece a formar el caramelo. Ojo! No revolver! Cuando está color dorado, giro la flanera hasta que cubra toda su superficie, incluído el tubo central, y la dejo aparte.
En otra cacerolita pongan el azúcar (200 gr.) y cubran con poca agua (aprox. medio vaso). Cocinen a fuego vivo hasta que esté color dorado oscuro. Agreguen la leche caliente y revuelvan bien hasta disolver todo el caramelo y retiren del fuego.
Aparte, batan ligeramente los huevos y agréguenles la leche con caramelo. Cuelen mientras lo van echando en la flanera acaramelada y cocinen en horno a Baño María de 40 a 50 minutos.
Desmolden cuando esté completamente frío.
Quedó lindo! No?

lunes, 24 de agosto de 2009

Conejo con hinojos a la maltesa



Desde hace unos días, estoy leyendo un librito muy interesante sobre antropología culinaria, que me trajeron de Italia, que se llama “Si fa presto a dire cotto”. En él leí que el hinojo no es sólo una hortaliza umbelífera. Es un mito. Y agrega además que sin él no habría civilización!




La historia (o el mito) cuenta que Prometeo logró robarle el fuego a su primo Zeus, y trepando al Olimpo, escondió una chispa de la llama sagrada en la cavidad del tallo de un hinojo silvestre y lo regaló a los hombres. El enojo de Zeus no impidió que Prometeo se convirtiese en el padre de la gastronomía, ya que, gracias a él, la condición humana dio un vuelco que permitió pasar de lo crudo a lo cocido.
Para nuestros antepasados, el hinojo era casi un remedio con virtudes refrescantes y regeneradoras que lo convirtieron en símbolo del vigor guerrero y sexual. También Plinio, en su Historia natural, exalta las propiedades afrodisíacas del hinojo. Su delicada florcita amarilla era sagrada para Adonis, hijo y amante voluptuoso de Venus.
Cuenta muchas cosas más acerca de esta planta bastante ninguneada por muchos de nosotros, pero no quiero aburrirlos. Es muy rico crudo en ensalada, pero sería casi un insulto a Prometeo después de haber robado con tanto esfuerzo la llama sagrada!!!
Por eso hoy, volviendo a probar recetas del libro que me regaló Paula, les propongo este conejo con hinojos, aunque más no sea como homenaje a Prometeo! No sé si los habitantes de Malta conocen esta receta, o si es un nombre dictado por la fantasía de los autores…

Cada vez conozco más gente que no come conejo. Sin embargo, es una carne muy sabrosa y sana, casi sin grasas. Así que, hagan la prueba! Es un plato sencillo y diferente (y no creo que engorde…).

Ingredientes (para 2 personas)

4 presas de conejo (en Jumbo se venden las presas en bandejitas, si no quieren comprar un conejo entero)
2 bulbos de hinojo cortados en rodajas
2 zanahorias cortadas en daditos
1 diente de ajo picado
1 vaso de vino blanco
1 vaso de agua
1 manojito de hierbas (compuesto por 2 ramitas de perejil, 1 de romero, y una de laurel, y atado a un trozo de apio de unos 7 cm.)
1 cucharada de semillas de hinojo (si no las ponen, no pasa nada grave!)
5 cucharadas de aceite de oliva
unas 4 cucharadas de harina
sal & pimienta

Calienten tres cucharadas de aceite en una sartén y frían las rodajas de hinojo y los daditos de zanahoria durante 5 minutos. Incorporen el ajo y las semillas de hinojo y frían un par de minutos más o hasta que el hinojo esté tierno. Retiren las verduras de la sartén y reserven.



Pongan la harina en una bolsita de nylon y salpimienten a gusto. Introduzcan los trozos de conejo y sacudan la bolsa cerrada para enharinarlos ligeramente. Sáquenlos y sacudan el exceso de harina. (Esta es una buena técnica para enharinar!)
Añadan el resto del aceite a la sartén y salteen los trozos de conejo hasta dorarlos. Sáquenlos de la sartén y reserven.
Incorporen el vino a la sartén removiendo y raspando los restos del fondo. Vuelvan a poner el conejo en la sartén, junto con los hinojos, las zanahorias, el agua y el manojito de hierbas. Salpimienten a gusto.
Lleven a ebullición, y luego reduzcan el fuego hasta que la carne esté tierna (aprox. 1 hora)
Saquen el manojito de hierbas y sirvan, decorando, si quieren con hierbas frescas. Yo le puse una ramita de tomillo y una de orégano arrancados de las plantitas de mi balcón.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Cerdo Stroganoff

Experimenté nuevamente una receta del libro “Platos únicos” que me regaló Paula para mi cumple, y lo voy a seguir haciendo porque tiene muchas cosas interesantes. El título no me gusta mucho porque nos lleva a confundirnos con el famoso Lomo Strogonoff, que es un poco distinto, pero quise respetar el título original, aunque no del todo porque era “Solomillo Stroganoff”…como no tenía solomillo, sino un churrasquito de cerdo, lo modifiqué ligeramente.






Según el libro, las cantidades son para 4 personas. Me parece poco…yo lo hice para dos, y estaba tan rico que no quedó nada!

Ingredientes:

350 gr. de churrasquito de cerdo
1 cucharada de aceite
1 cebolla picada
2 dientes de ajo picados
2 cucharadas de harina
2 cucharadas de conserva de tomate
caldo de pollo o verduras c/n
125 gr. de champiñones
1 morrón verde
½ cucharadita de nuez moscada molida
4 cucharadas de yogur natural
sal & pimienta

Preparación:

Corten la carne en tiras de unos 4 cm. de largo. Calienten el aceite en una sartén grande a fuego mediano. Agreguen el ajo y la cebolla y frían 4 ó 5 minutos o hasta que esté ligeramente dorado.
Echen la harina y la conserva, después el caldo y revuelvan bien todo.
Agreguen los champiñones cortados en láminas, el morrón cortado en tiras cortas, la sal, la pimienta y la nuez moscada. Lleven a ebullición, tapen la sartén y cocinen a fuego lento durante 20 minutos, o hasta que la gente esté tierna. Retiren la sartén del fuego, agreguen el yogur, revuelvan y ya está listo para servir! Pueden acompañarlo con arroz blanco.

martes, 18 de agosto de 2009

Engañarse y dejarse engañar

Esta vez no voy a darles ninguna receta.
Simplemente quiero contestar públicamente una pregunta que alguien me hizo en uno de los comentarios sobre el “browniemisu”.
El comentario es el siguiente:

se podrá hacer una version light del tiramisu?
se me ocurre casancrem diet y esa crema (que no es crema) libre de grasa (donde se vio crema sin grasa??esa del envase rosa))
oporto, menos yemas y dos claras a nieve, y el cacao amargo y edulcorante para endulzar
¿una porqueria verdad??????

¿Qué contestar? Hace varios días que medito la respuesta…
Y lo primero que me viene a la mente es ¿porqué?...¿Porqué querer estropear un postre tan rico para hacerlo light???
Comprendo la cuestión de las dietas, pero hasta cierto punto…Como ya todos saben, no soy nutricionista y no pienso meterme en un tema que no es el mío, pero sí quiero dar mi opinión al respecto.

Un día, hace ya varios meses, me fisuré un pie y anduve con una bota ortopédica en pleno mes de un diciembre caluroso, típico de los veranos porteños. Como hacer las compras era una tortura, le pedí a mi adorable vecina que me comprara algunas cosas en el chino de acá cerca. En la listita que le di, le pedía crema de leche Sancor entre otras cosas.
Al volver, ante mi sorpresa, me había traído crema Sancor sin grasa (la del envase rosa), porque ya no quedaba de la otra. Cómo es una persona muy mayor, no quise mortificarla, e intenté comerla, a pesar de haber leído los ingredientes que nada tenían que ver con crema!
Un horror!!! De más está decir que fue imposible batirla!!! Confieso que no me animé ni siquiera a probarla…
Y volviendo al tema de lo “light”, lo segundo que me viene a la mente es: “No quiero engañarme, ni que me engañen”. Devuélvanme el placer! El placer de saber que como algo rico y que me hace bien porque está hecho con cosas genuinas, tratando de que sea lo menos “químico” posible.
No me quiero creer que según Martiniano, la salsa es más liviana agregándole dos cucharadas de Casancrem, porque sé que no es cierto.
No quiero comerme un tiramisu “de mentira” para comer sin la culpa de engordar porque siempre sostuve que lo que engorda es la culpa.
Quiero ser GASTRONÖMICAMENTE LIBRE. Quiero seguir proclamando que para no engordar hay que comer sencillamente POCO pero de todo (a menos que seas diabético, o celíaco o alguna otra enfermedad que te lo impida).
Y esa libertad tiene también que ver con el saber QUÉ como. Mirar los ingredientes es una buena solución para hacer prevalecer la calidad antes que la cantidad y también para descubrir si me están engañando.
El sábado pasado fui a La Rural a recorrer la exposición “Caminos y Sabores” No me pareció para nada interesante. Simplemente más de lo mismo…Salames y quesos varios, mermeladas caseras,miel, tés de distintos tipos, alfajores, vinos y licores.
Reconozco gratamente que hay más producción de quesos de cabra y oveja, que me encantan, y descubrí un hongo nuevo para mí en Argentina: el níscalo (lactarius deliciosus) del cual me compré una bolsita, secos obviamente (ya les contaré cuando los pruebe!).
Entre los quesos que vi, había una especie de “bochita” de queso de cabra, que parecía atractivo. Por curiosidad, y también por costumbre, leí la etiqueta de los ingredientes: Leche de cabra, fermentos lácticos, sal (creo), y colorantes permitidos.
Cuando le pregunté al joven vendedor porqué tenía colorantes, me dijo que no, que no los tenía. Se sorprendió cuando le dije que eso era lo que decía la etiqueta. Ni siquiera él lo sabía!!! Un señor maduro con aire de saber más, corrió en su ayuda y me explicó que le ponían colorante amarillo para que tuviera la apariencia a la que la gente estaba acostumbrada (porque la leche y el queso de cabra son blancos).
Le agradecí la explicación y salí poco menos que espantada! ¿Por qué no quieren que aprendamos??? ¿por qué arruinar (aunque su sabor no cambie) un queso genuino agregando productos químicos inútiles? ¿Por qué no dar la opción al consumidor de aprender a distinguir, a darse cuenta que no todo es o tiene que ser igual???

Seguiré siendo una defensora del comer de todo pero poco, y sobretodo del comer Conciente, del no engullir sino del saborear y disfrutar lo que como. Y si después de seguir estos consejos, no logro reducir mis kilos de más, ¿quién me quita lo bailado?
Después de todo ésto, termino de contestar la pregunta de quien publicó su comentario en mi blog: Sí, definitivamente eso no es un browniemisu. Es efectivamente una porquería. Tal vez el sabor pueda no ser desagradable, pero…¿para qué engañarse???

Ustedes qué opinan?

jueves, 13 de agosto de 2009

Browniemisu




Sí. Me inventé el nombre de este postre, que no es nada más que un tiramisu hecho con brownies en lugar de vainillas!
Se me ocurrió porque quería hacer un tiramisu más “chocolatoso”…
Entonces corté los brownies (busquen la receta en el blog) en tiras y las mojé con una mezcla hecha con café y rhum (cosa que habitualmente hago con las vainillas).
Para la crema del tiramisu, la mezcla es la siguiente:

Para un molde bajo de 30 cm. X 20 cm.

4 yemas
80 gr. de azúcar
500 gr. de Casancrem
200 gr. de crema de leche
4 cucharadas de oporto
cacao amargo para espolvorear, cantidad necesaria

Batan a baño María las yemas con el azúcar y el oporto, hasta que esté espumoso y de color amarillo clarito, como un sabayón.
Sáquenlo del fuego y dejen entibiar.
Mientras tanto, batan en otro recipiente el Casancrem con la crema, y cuando se haya enfriado un poco la preparación anterior, únanla a la mezcla de queso y crema.
Cuando todo esté bien mezclado, cubran el molde con un poco de la crema preparada.
Hagan una capa de brownies (o de vainillas para el tiramisu tradicional) humedecidos con una mezcla de café y rhum, y cúbranlos con la mitad de la crema restante.
Cubran con otra capa de brownies, y luego con el resto da la crema.
Espolvoreen con cacao amargo (o chocolate rallado), y lleven a la heladera.
Es necesario que lo hagan con un día de anticipación para que quede bien firme y pueda cortarse en porciones tan lindas como la de la foto que sacó Paula!

Pollo frito Japonés



Siempre pensé que lo único frito que comían los japoneses era la Tempura, esos fritos etéreos de mariscos y verduras, que parecen tan livianitos como si los hubieran freído con sólo un soplido…
Sin embargo, el otro día, vi en el Canal Gourmet a Ohno (lo vieron alguna vez?) haciendo este pollo frito y me entusiasmó mucho!
Como tenía un par de patas-muslos no demasiado dispuestas a morir en el horno, se me ocurrió aprovecharlas para probar esta receta.
Les saqué la piel y las corté en trocitos (como para comer con palitos que no sé usar!) y los sumergí en la siguiente mezcla:

Ingredientes

½ kg de muslos de pollo
2 cucharaditas de curry
2 cucharadas de salsa de soja
1 huevo batido
1 cucharada de Maizena
sal a gusto (ojo! Porque la salsa de soja es salada)
Aceite para freír: cantidad necesaria
unas gotas de aceite de sésamo (si no lo tienen, no lo pongan!)

Hagan la mezcla de todos los ingredientes, y coloquen los trocitos de pollo. Déjenlos unos minutos y fríanlos en abundante aceite caliente hasta que se vean dorados. Retírenlos, colóquenlos sobre papel absorbente y sirvan (sin el papel, obviamente!!)



La guarnición propuesta por Ohno, no me atraía demasiado (marinada de zanahorias y duraznos), así que aproveché unos grelos lindísimos que había comprado (con unas florcitas amarillas preciosas). Los herví y luego los salteé sencillamente con aceite de oliva y ajo. Acompañaron muy bien al pollito!!

Pocos días después, le vi hacer salsita que seguramente podría quedar muy bien con el pollo frito: Mayonesa (de la comprada) con unas gotitas de salsa de soja, y ya está!!!

jueves, 6 de agosto de 2009

Torta marmolada de banana




Vuelvo al blog con una torta muy rica y útil para aprovechar ese par de bananas que descansaban desde hace varios días en mi frutera sin destino definido! La saqué de aquí con algunas variaciones mías.
Espero que les guste y la disfruten!

Ingredientes

2 bananas muy maduras (aplastadas con un tenedor hasta reducirlas a puré)
2 huevos
175 gr. de azúcar
100 gr. de manteca derretida y enfriada
200 gr. de harina leudante + 1 cucharadita de polvo Royal
2 cucharadas de leche
2 cucharadas abundantes de cacao amargo
Batan los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla clara y espumosa.
Agreguen la manteca derretida y la leche. Sigan batiendo y agreguen la harina tamizada con el polvo Royal y el puré de bananas (no es obligatorio usarlo si se usa harina leudante, pero descubrí que usándolo queda más esponjosa).
Vuelquen poco más de la mitad de la mezcla en un molde de budín inglés enmantecado y enharinado.
Incorporen el cacao tamizado al resto de la mezcla e intégrenlo bien.
Vuélquenla sobre la mitad que ya está en el molde, y con un tenedor mantenido en forma horizontal, dibujen espirales de arriba hacia abajo atravesando las dos mezclas (o como puedan, para darle el efecto marmolado!).

Horneen durante una ½ hora en horno precalentado a 180º, o hasta que al pinchar con un palillo (yo uso los de brochette) comprueben que éste salga seco.
Dejen enfriar antes de desmoldarla.