Yo también soy humana, y como todos, no siempre tengo ganas de cocinar…Para esos días, mi freezer cuenta con milanesas de carne o de pollo y hamburguesas caseras que preparo y guardo precisamente para esas ocasiones en que el tiempo no es suficiente para hacer cosas elaboradas. Son esas cosas que en inglés son llamadas “comfort food”: ricas, tradicionales y que se hacen casi “de taquito”.
Y en una de esas noches en que decidí comerme algunas de las milanesas archivadas en el freezer, se me presentó el problema de la guarnición…Como había comprado un HAKUSAI (ese repollo grande y alargado con hojas tiernitas color verde clarito) sin destino fijo, se me ocurrió cortarlo en juliana y saltearlo con aceite, un ajo, y cubitos de panceta ahumada también errante en mi heladera. Una vez salteado, lo espolvoreé con semillitas de sésamo y Voilá! Mi guarnición estaba lista para acompañar las milanesas que, dicho sea de paso, estaban medio duritas…Juro que no las voy a hacer más de peceto!
La guarnición, al final, resultó ser más “confortable” que las milanesas, lo cual desde mi punto de vista me reconfirma la idea, que la cocina cotidiana, puede ser rápida sin que por eso deje de ser rica. Basta sólo tener un poco de imaginación y algunos pocos elementos en la heladera. El hakusai estaba buenísimo! Siempre más original que una ensalada de tomate y lechuga o un puré, y por eso se los cuento…
Y en una de esas noches en que decidí comerme algunas de las milanesas archivadas en el freezer, se me presentó el problema de la guarnición…Como había comprado un HAKUSAI (ese repollo grande y alargado con hojas tiernitas color verde clarito) sin destino fijo, se me ocurrió cortarlo en juliana y saltearlo con aceite, un ajo, y cubitos de panceta ahumada también errante en mi heladera. Una vez salteado, lo espolvoreé con semillitas de sésamo y Voilá! Mi guarnición estaba lista para acompañar las milanesas que, dicho sea de paso, estaban medio duritas…Juro que no las voy a hacer más de peceto!
La guarnición, al final, resultó ser más “confortable” que las milanesas, lo cual desde mi punto de vista me reconfirma la idea, que la cocina cotidiana, puede ser rápida sin que por eso deje de ser rica. Basta sólo tener un poco de imaginación y algunos pocos elementos en la heladera. El hakusai estaba buenísimo! Siempre más original que una ensalada de tomate y lechuga o un puré, y por eso se los cuento…
Hoy domingo fui a comer a la casa de mi tía, que dicho sea de paso es la única tía que me queda en Buenos Aires, y que mantiene la tradición de la cocina familiar. Su cocina es de un gusto exquisito, ella nunca estudió cocina sin embargo sus conocimientos fueron adquiridos por los años. A pesar de su edad, que no voy a decir cuantos, ella amasa, hace dulces, mermeladas y demás. En su casa nunca se come un solo plato como antiguamente en mi casa. Hoy por ejemplo cocino un guiso carrero y pollo a la cacerola con arvejas. Quizás para ustedes no sea "la cocina" sin embargo para mí el hecho de ir a su casa y paladear esa comida hecha sencillamente con los mejores productos que selecciona, como condimenta y por sobre todo el mejor condimento de mi tía el "amor". Las recetas no las voy a dar porque sencillamente uno, es un guiso que quizás Rosa María que tanto le gusta buscar las raices de las recetas se los pueda dar. El otro es tan sencillo como un buen pollo y una arvejas naturales. Ahora si, el mayor condimento lo tienen que poner ustedes que es el amor a la cocina, los amigos y la familia.
ResponderEliminarsi, estoy totalmente de acuerdo.El amor es el condimento más importante en la cocina.Cocinar es para mí una forma de demostrarlo a las personas que quiero...
ResponderEliminarMe alegro por tu lindo domingo familiar y con cosas ricas!!!
Este comentario de roberto,de lo simple, me parece maravilloso, ya que la impronta de los olores y perfumes de las diferentes comidas fluyen en un recuerdo tangible de lo eterno, es así como uno siente la energìa del amor al degustar cada plato, pues de eso se trata COCINAR ES UN ACTO DE AMOR.
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