lunes, 18 de mayo de 2009

Fumar y comer hacen mal o hacen bien?

Ayer fui a la fiesta de cumpleaños de una amiga muy querida. Lo pasé requetebién y comí bastante más allá de mis límites normales…Gente encantadora, empanadas y chipas caseros, chorizo y asado muy ricos y muchas más cosas caseras ricas: tiramisú, dos tortas de cumpleaños, pañuelitos de queso y dulce…Todo mucho mejor de lo esperado…
Me alegró mucho poder compartir con ella este nuevo cumpleaños!

Como no conocía casi a nadie en la fiesta, en cuanto tuve ganas de fumar, pregunté si a alguien le molestaba que lo hiciera. Al instante me di cuenta de que era la única fumadora en la reunión…
Fui no fumadora durante 14 años y reconozco que a veces no fui demasiado condescendiente con quienes fumaban. Hace unos tres años, esas cosas “nerviosas” de la vida me condujeron nuevamente al cigarrillo. En realidad creo que quería “hacerme humo”, pero eso lo comprendí tiempo después y ya era tarde para dejarlo. El cigarrillo comenzó nuevamente a formar parte de mi vida…Soy bastante medida y por lo tanto compro prolijamente atados de 10 y sólo muy raras veces supero ese límite diario, y muchas otras ni siquiera llego a esa cantidad.
Ni me pregunto porqué fumo. Sólo sé que lo hago por placer o por nervios, pero en todo caso sin exagerar. No quiero “arruinar” mi paladar por que me gusta sentir el sabor de la comida y el vino, y por eso lo hago moderadamente. Y como los tiempos cambian y ya las reuniones y festejos no se parecen más a las antiguas humaredas incluso en bares y restaurantes, hoy los ambientes cerrados son “libres de humo” y por eso hay que pedir permiso.
Cuando me mandan a fumar solitariamente al patio o al balcón, digo elegantemente “no, gracias” y me quedo quietita sin fumar porque mi cigarrillo también es social y por suerte no compulsivo.
Y ayer, por suerte también, no me mandaron al balcón porque ahí estaba confinado el perro para evitar que se comiera el asado, y aceptaron muy amablemente que me sentara al lado de la ventana entreabierta y participara así de la reunión echando el humo hacia afuera.
Como siempre sucede en estos casos, encender un cigarrillo autoriza a los no fumadores a dar consejos acerca de lo poco saludable de este “vicio” y a hablar de los que por uno u otro motivo tienen que padecerlo convirtiéndose en fumadores pasivos, etc.etc…
Lo respeto y escucho atentamente mientras pienso que mi abuelo fumó toda la vida y sólo se murió de viejo a los 92 años, que al final de algo hay que morir y etc.etc…y finalmente pregunto “ingenuamente”: “pero ustedes ¿qué comen? ¿saben lo qué comen?”
Y entonces me despaché mientras saboreaba mi secreta venganza…Litros de Coca-Cola, hamburguesas de Mc. Donald’s, salchichas, quesos de plástico, pizzas y empanadas del delivery, sopas Quick, cubitos Knorr, fiambres llenos de polifosfatos, facturas y grasas de todo tipo, pastillas para dormir, para el colesterol, y sabe Dios cuantas otras cosas horripilantes van a parar a sus estómagos con tanta naturalidad como si sólo los pulmones fueran nuestro punto vulnerable a proteger contra viento y marea…
Y yo, relegada en el rincón de la ventana con las sillas vacías a mis dos costados porque nadie quería acercarse para no convertirse repentinamente en un fumador pasivo, soy la que hace las compras con los anteojos puestos para leer todos los ingredientes a fin de evitar colorantes, conservantes, emulsionantes, estabilizantes y aromatizantes que mis verdugos tragan impunemente.

Jamás haría la apología del cigarrillo porque sé que no es bueno para nadie y por ningún motivo, ni siquiera por placer. Pero en mi mundo ideal, deberíamos estar más atentos a lo que comemos. Calidad, variedad y jamás cantidad es mi consigna. Y comer rico y casero, y no comer siempre el aburrido churrasco con la monótona ensalada de lechuga y tomate, para poder sentirme bien, con todas las vitaminas bien puestas a través de las carnes, los pescados, los lácteos, las frutas y verduras, y perdonándome alguna lata de choclo o de atún de vez en cuando.
Yo sé lo que me puede pasar si fumo, pero vos… ¿sabes qué comés?

4 comentarios:

  1. Uy, tengo que confesar Rosamar que yo te hubiese mandado al balcón... y hubiese hecho entrar al perro. Muy antipático lo mío? Disculpá la franqueza. Más allá de la cuestión salud, que razones tendría para preocuparme (mi abuelo paterno y mi mamá fallecieron de cáncer de pulmón), el humo desde que tengo memoria me ha molestado siempre, y mucho. También nos tendríamos que preocupar por el smog y la contaminación, pero porqué agregar innecesariamente más humo con el cigarrillo?
    Eso sí, estoy de acuerdo con vos, hay que pensar con qué alimentamos a nuestro cuerpo. Y en realidad, de todas las cosas que mencionás quizá solamente uso muy de vez en cuando algún cubito, aunque no de esa marca. :D Pero sé que soy más bien la excepción, tratando de saber lo que como.
    Eso sí, que los otros coman mal no justifica fumar! Pero como decía mamá, algún vicio hay que tener, y mejor este del cigarrillo que otros... no?
    Un beso grande,
    Marcela

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  2. Lo leo y no puedo dar crédito, que vos estes escribiendo esto!!!!!!!!!!!! NO se si alegrarme o preocuparme. Ahora fuera de broma, entiendo a que te referis, el problema es que ya no solo tenemos que llevar los lentes al super (los que usamos) sino ya no se puede circular por las avenidas por el humo de los colectivos y camiones, etc. Estamos en un punto donde no solo fumar, comer, caminar por la calle, tomar agua de la canilla y otras cosas es perjudicial para nuestra salud.

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  3. Amiga!!! sabes muy bien lo que me pasa con el cigarrillo.No eras la única fumadora, mi sobrino también estaba fumando.
    Con respecto a la comida estoy de acuerdo con vos.
    Besotes y gracias por el tiramisú super rico.
    Cariños, Palmi.

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  4. Bueno Rosa María me resulta dificil interpretarte, hablas de comer bien, EXCELENTE pero FUMAR?. Hoy estamos en el 2009 y es ampliamente conocido lo mal que hace el cigarrillo no solo al que fuma sino tambien al PASIVO.
    Tengo conocidos en Gesell que son dueños de una tabacalera muy importante en Santa Cruz de la Sierra. Hace aproximadamente 5 años comentaban con sorna que habían echado en los EEUU a los ejecutivos que intentaron dirigir el negocio de las tabacaleras al rubro de los alimentos (obvio con inferior rentabilidad ).
    Anecdota hace dos años que no fuman ni el ni sus hijas y se lo tiene prohibido a su nieta. Si el dueño la hace por algo sera.
    Debemos buscar ese placer en otras cosas,
    Cariños José
    Cariños



    estado

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